A veces encuentro gente buena que por confiar en la voluntad de otras personas termina creyendo lo que no es, quedando confundidos, desinformados o simplemente repitiendo datos sin comprenderlos o sin verificarlos.
La desinformación es veneno puro, y es uno de los mayores daños que la palabra puede ocasionar; sin embargo la lectura y la investigación son siempre los antídotos perfectos contra el envenenamiento que causan las palabras que carecen de sustento.
Por ello en una guerra no hay nada como asirse del arma más poderosa del mundo.
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