sábado, septiembre 4

Introducción, Proyecto AVATAR




¡Hola, que tal! ¿Cómo va todo?
Si, lo sé, no es común comenzar una narración de una aventura con un saludo.
Las típicas aventuras comienzan con el clásico: "Había una vez"... o "En una lejana tierra, país o galaxia"... Las hay incluso las tradicionales que te arrojan directo a la acción. Pero esta no es una aventura típica, así que no tiene inicios clásicos, ni se ubica en planetas lejanos, ni en tierras legendarias o países exóticos; es más, el protagonista de esta historia es un héroe atípico.
Ni siquiera estoy seguro de que pueda llamarse "Héroe".
No posee ningún poder extraordinario.
No es más fuerte, ágil, atlético o guapo que el promedio de la gente.
No conduce autos estándar a grandes velocidades, es más, no conduce como regla general.
No es un genio de las computadoras, no tiene dinero, no desborda carisma y la gente tiende a rehuirle por su apariencia. Mal encarado y siempre vestido de negro, haciendo ademanes con las manos y hablando en ese tono tan peculiar... Pero me estoy perdiendo un poco, lo lamento mi mente tiende a expandirse y las ideas brotan más rápido de lo que puedo transmitirlas.
Comencé saludando porque quería presentarme pero ahora que lo pienso creo que lo mejor será presentar al protagonista de esta historia.
Todos lo conocen como "NEGRO", su nombre ya está perdido; yo lo llamo un caso de "apodo clásico en protagonista atípico". Su edad actual es poco importante, como él suele decir:
“tengo los años que la gente me calcule”, generalmente más. Vive solo, sin un lugar fijo.
“Pseudosedentario” le gusta llamarlo a él, pero la terminología más adecuada creo que sería "semi-vagabundo".

Conocí a NEGRO bajo circunstancias poco comunes, por supuesto siendo él como es no podría ser de otro modo pero dejaré que sea él quien cuente su historia, tal como me la contó a mí y que todavía conservo en los cassettes de mi vieja grabadora.
Voy a comenzar lo más atrás que pueda para poder explicar quien soy verdaderamente como individuo y “entidad existente”.
Las experiencias que forman a un individuo se generan desde la familia y mi caso no es distinto. La presión que sentía dentro de casa siempre fue demasiado grande para que pudiera sostenerla. Según se decía “yo era el más inteligente de todos mis hermanos”. Un psicólogo, una abogada, un contador público (¡y artesano!) y una diseñadora de interiores forman la estructura de “los primeros 4”, tal como mi Madre les llama cuando se refiere a ellos como conjunto.
Mi hermano “el chino” parecía haber puesto el único respiro para mí en la expectativa de vida a alcanzar para “ser alguien” cuando decidió abandonar la preparatoria para dedicarse a ser taxista.

Aún así la etiqueta del más inteligente es una huella que jamás ha sido borrada.
Nunca mis padres me exigieron que eligiera una carrera en particular; aunque mi madre compartía algunos de sus anhelos como eran tener un hijo doctor, maestro o sacerdote. Mi padre, un contador que se define a sí mismo como “un clásico contador tauro” (refiriéndose a lo cuadrado de ideas que suele ser) solía compartir con todos nosotros su sueño de crear generaciones de contadores que hicieran escuela.
Pero ambos siempre acudían a la frase que se volvió la piedra angular de mi comportamiento: “Sea lo que seas; así seas barrendero, mesero, dentista, obrero, político, comerciante; lo que sea, sé el mejor”.
Las calificaciones que obtenía en la escuela no representaron nunca mi supuesta inteligencia. Disfrutaba de la historia, las matemáticas, cuando se explicaban exactamente como se aplican, la física, la biología, en especial de la zoología donde me atrapaban los nombres científicos en latín. Siempre me costó mucho trabajo entender la química y la anatomía del cerebro humano, es decir la neurología. Nunca me adapté al sistema de entregar trabajos con un valor porcentual aunque no aprendiera en ello y el resto del porcentaje reflejarlo en un examen de conocimientos. Solía no entregar los trabajos por lo que mis calificaciones máximas -si el sistema así lo permitía- eran de 70/100; otras veces me metía en problemas en casa a través de interrogatorios constantes para encontrar la verdadera razón por la que mis calificaciones no reflejaban mi inteligencia.
Un niño a cierta edad conoce el mundo a través de responderse las preguntas que le van surgiendo. Conforme crecen muchos niños dejan de preguntarse y pasan a formar parte de estar de acuerdo con el consenso, lo que las masas dan como verdad. La mayoría se convierte en un adulto que desconoce una frase que mi padre me enseñó: “No porque un millón de gentes cometan una pendejada, deja de ser pendejada” Con los años descubrí que la frase solo fue “folkorizada” por mi padre y que en realidad pertenece a un filosofo… al millón de gentes yo le llamo “la masa consensual”.

Yo fui un niño que no dejó de preguntarse. A pesar de no encontrar en muchas ocasiones las respuestas, buscaba por periodos acumulando información que, aunque no entendía, grababa en mi mente para momentos donde mi razonamiento pudiera explicarlas.
Fue así como descubrí que todo tenía una causa.
Además de la familia lo que forma el carácter de un individuo es la manera en la que conoce el mundo, lo cual suele determinarse también por factores como el social, económico, cultural y según la ciencia, de sincronismo.
Educado en una sociedad tercermundista en una familia de clase media-alta, soy un individuo que no se da por vencido con facilidad cuando quiere algo.
-Eso suele llamarse necedad-
No. La necedad pertenece al terreno del tonto, del ignorante. Se le llama Tenacidad. Hay una delgada línea que los separa, pero existe.
-Según tú dices todo tiene una causa ¿Cuál es la causa de la por la qué no te das por vencido con facilidad?-
No lo sé. Quizá porque mi padre es muy cuadrado y a mi madre nunca nada le ha parecido suficiente yo he sacado una mezcla de los dos.
Culpa a los arquetipos celestiales de Aries y escorpio si quieres ponerte astrológico. Yo, lo justifico afirmando que nací en la “tierra de los hombres que nunca pierden”.
Como sea hubo un momento en que me topé con una pregunta que me carcomió por dentro por lo que salí del nido hace ya más de 12 años buscando responder lo que yo llamé “El Gran Enigma”, la pregunta que me asaltó cuando tenía 9 años y que estoy por resolver. Desde entonces he andado por ahí y por allá. He sido capaz de sobrevivir por un periodo de hasta 28 días sin alimento, siempre y cuando tenga suficiente nicotina con filtro y refresco de cola. Tengo con de 4 a 6 hrs de sueño diario y de 10 a 12 para recuperarme después de casi 40 hrs sin dormir. Nada que un ser humano normal no sea capaz de resistir.
El porqué de mi condición es irrelevante. Lo que vale la pena recordar es que soy el NEGRO y soy el mejor en lo que hago...
-¿A qué te dedicas?-
Generalmente cuando conoces a alguien después de intercambiar nombres (que solo sirven en función de intentar diferenciarse como individuo pero que realmente no te definen como “ser”) suele venir la pregunta formulada de variadas maneras pero que engloban el concepto de “¿a qué te dedicas?
Esto quiere decir muchas cosas. Significa desde ¿Cuánto ganas? ¿Cómo sobrevives en la sociedad? ¿Haces algo interesante? ¿Para qué eres bueno? ¿Qué oficio, estudio o empleo tienes?...
En una manera más profunda, para mí, la pregunta significa: “¿Para qué sirves?” Más ampliamente, “¿Quién eres y cuál es la razón de tu existencia?”
El Gran Enigma.
Pero para decirlo de manera más sencilla, trabajo para una organización ultra secreta llamada "la Orden Roja".
-¿La Orden Roja?-
Me gustaría decir que es parte de un programa del gobierno, una corporación internacional, una antigua y legendaria fraternidad, una guardia especial del vaticano, los masones, los rosacruces, los templarios, ¡vaya hasta los iluminati de Tomb Rider y Dan Brown juntos si quieres!... pero no puedo.
-¿Por qué no?-
Cuando digo que la organización es ultra secreta hablo en serio.
Todo lo que sé de la orden es lo que ellos mismos me han informado, que además de no ser mucho ¿Quien asegura que sea la verdad?

Solo sé que recupero objetos, sean libros, amuletos, talismanes, reliquias... cazo espíritus, demonios, duendes, imps y toda clase de fenómenos "paranormales" (excluyendo rollos de ufología porque así se los expuse yo a los tipos de rojo -conmigo no cuenten para nada de los ovnis, esas son mamadas- les dije)
Seguramente te estarás preguntando lo mismo que yo me pregunté ¿Por que una orden ultra secreta y misteriosa vino y reclutó a un tipo como yo? Ellos dijeron que yo tenía algo llamado "criptomnesis", memoria de las cosas ocultas de acuerdo a las etimologías griegas.
-¿Memoria de las cosas ocultas?-
Supuestamente es algo así como poder descifrar los símbolos de tradiciones ocultistas, sin embargo no es ningún poder sobrenatural, sino una combinación de observación, pensamiento analítico, retención y memoria. Además de un tipo de pensamiento de asociación y correspondencias. Por supuesto no puedo ser la única persona del planeta que posea y haya desarrollado esas capacidades. No puedo ser el único tipo que posea lo que la orden llama criptomnesis y mi C.I. no debe ser nada exagerado debe haber, por lo menos, millones más inteligentes que yo.
Aun así cualquiera que sea la razón por la que llamé la atención de "la Orden Roja" valía la pena decir "acepto", además de que –como ya dije- siempre he sido un tipo curioso que gusta de averiguar el sentido, significado y las causas de las cosas.
Recuerdo con claridad la vez que me reclutaron.
Sábado 31 de Octubre.
Había luna llena. Tenía seis hrs desde mi último cigarro, mi cartera y bolsillos del pantalón estaban tan vacíos como los millones de vidas de los habitantes que se congregan en las grandes urbes, tan vacíos como ahora mismo. Un transeúnte encendió la flama de la esperanza a unos metros adelante de mí. Dirigí mis pasos detrás de él y cuando estaba por doblar en la esquina le lancé un -¡Hey disculpe!- que ignoró por completo. Cinco o seis pasos después cuando llegué a la esquina el tipo había desaparecido. La calle hacía cerrada metros más adelante y no había un alma -visible- en todo el lugar. En cuestión de segundos el tipo seguramente se había metido a alguna de las casas; por suerte había dejado el cigarro afuera. Una mirada rápida al asfalto me permitió ver la colilla aplastada de muy buen tamaño, casi medio cigarro. Me agaché a tomarlo cuando me percaté que cerca de la llanta de un auto había un libro de color azul, estaba por tomarlo cuando la ventana de la casa se quebró en cientos de pedazos lo que me hizo brincar y voltear instintivamente.
-¿La causa?-
Un tipo había atravesado el ventanal; lleno de cortadas y con algunos vidrios encajados en diferentes partes del cuerpo, clavó su mirada en mi y masculló lo que parecía querer decir -ayuda- más todo cambió en un segundo. Su cara se descompuso, su voz se hizo más aguda y una espantosa risa chillona se dejó escuchar.
Era día de brujas, de seguro me estaban haciendo una mala broma; pero no salía nadie de la casa, ni nadie pasaba o algún vecino que se asomara por el ruido.
-¡No toques el libro!- dijo con una voz ronquísima completamente cambiada. Yo en realidad pensé en irme porque no estaba para bromas -y si no lo era- tampoco estaba para enfermos mentales. Pero cuando lo intenté el "frenético de la voz cambiante" movió una mano y fue como si algo me jalara y me aventara con gran fuerza contra la pared de una de las casas, instintivamente coloqué mi mochila para amortiguar el golpe.
-¿Eso te molestó?-
¡Por supuesto que me enojé! pero aún molesto no podía darme el lujo de convertirme en "la sustancial masa que domina el consenso".
No podía darme el lujo de ser como muchos y dejar de pensar.
Primero, broma descartada. Verdaderamente una fuerza invisible me había arrojado.
Segundo el tipo demente definitivamente tenía que ver con todo esto.
Así que esto era ó efectos especiales muy caros ó algo "sobrenatural".
-¿Sobrenatural, dices?
La gente llama sobrenatural a todo aquello que no entiende, teme y que -irónicamente- la mayoría son creaciones del propio consenso, el inconsciente colectivo en aletargamiento mental. Verás lo "sobrenatural" tiene más de 10 mil años de existencia y es como lo invisible, solo no se ve. Como lo inconsciente, solo no se conoce. Muchos son los que han clasificado, estudiado y -mejor aún- dejado legado de sus enseñanzas... pero nos estamos perdiendo.
Yo tenía que tomar los hechos. Tenía que averiguar el origen del evento paranormal. Recordé el libro azul, los símbolos en la portada indicaban que era una especie de grimorio. Un tratado asociado a las invocaciones de entidades.
-Aguarda un momento. Solo viste el libro de reojo ¿Cómo sabes que era un grimorio?-
Por los símbolos de la portada. Quizá te parezca difícil de creer, pero es muy simple desarrollar la observación cuando constantemente te están preguntando la causa de tus acciones y cuantas opciones tenías de hacer las cosas distintas a como las hiciste; mi madre bien pudo haber trabajado en la Gestapo, la KGB o la CIA con resultados sorprendentes sin un solo golpe.
-Bien eso explica que vieras los símbolos e imagino que tu “criptomnesis” hizo el resto, ¿cierto?-
No, solo mi aprendizaje. He leído algunos libros.
-¿Qué pasó después?-
Me levanté mirando fijamente al tipo y le lancé mis mejores locuciones latinas (aprendidas con el Dr. Verduzco en mi 2do 1er semestre de etimologías) "In nómine patri, fili, spiriti sanctum, alea jacta est, veni vidi vici, cógito ergo sum, ¡Vade retro Satán"!
El demente se me quedó viendo con cara de incomprensión total, lo que me permitió meterle un golpe con mi mochila. El tipo recibió el impacto de mi enciclopedia de los símbolos, dos diccionarios -uno esencial y otro de sinónimos-, la biblia (con deuterocanónicos incluidos), el Corán, el siddur de shabbat, una carpeta con más de 150 hojas, tres libros de kabbalah y el kybalión de bolsillo. Quedó knockeado.
-¿Knockeado?-
Conocimiento es poder ¿eh?
-¿Cómo knockeaste al tipo? ¿Qué no estaba poseído por un demonio?-
Déjame explicarte algunas cosas acerca de los demonios. Si los demonios pudieran manifestarse con cualquier invocación y posesionarse de alguien créeme que sería algo de todos los días. Pero aunque los grimorios sí sirvan no basta repetir, si no entender.
-¿Qué quieres decir?-
Verás las palabras mágicas, oraciones, exorcismos e invocaciones realmente funcionan, puesto que son activadores de fuerzas, pero son como herramientas.
-¿Herramientas?-
Vaya, no vas a arreglar una tubería dañada solo porque tienes la caja de herramientas ahí, hay que hacer mucho más. Además solamente un tipo de demonios puede tomar posesión de un cuerpo y ni siquiera es algo que les agrade, les parece degradante, ni siquiera es tan sencillo pues se necesita romper con la voluntad del recipiente a poseer, proceso bastante desgastante que dejaría al demonio sin fuerzas por lo menos un par de horas...
-¿Qué sucedió después?-
Me acerqué al libro azul para revisarlo bien. Nada que hubiera visto antes, ninguno de los grimorios clásicos y populares. No era el del Papa Honorio, Las Clavículas mayores o menores de Salomón, El Gran o pequeño Alberto, Los Misterios Egipcios, El Heptameron, ni el VI o VII libro de Moisés. No tenía rasgos de influencias o toques de John Dee y su alfabeto enochiano, nada de Alphonse Louis Constant, El Alba Dorada, Crowley o Lavey siquiera. ¡Vaya no era ni el ya clásico "Necronomicón"! Aunque los símbolos eran una extraña combinación de alquimia, hebreo y caracteres caldeos (es decir cuneiformes).
-Ah ya entiendo, eres una especie de mago-
No soy un mago, aunque conozco muy bien el arte pues me eduqué con los grandes: Eliphas Levi, Paracelso, Agrippa, Barret, Piobb, etcétera. La magia es simplemente el conocimiento y aplicación de las fuerzas correspondientes del universo para que funcionen a la voluntad del mago. Solamente simbolismo y conocimiento y aplicación de la ley de causa y efecto.
Solo el que conoce la causa puede crear efectos conscientes, pero si te confundes atribuyendo la causa a otra errónea los efectos pueden ser devastadores. Seguramente la causa de la presencia de la entidad en el demente se debía a una atribución errónea pero explicable. Yo me había encontrado el libro no como causa, sino como efecto de un acto aparentemente intrascendente.

Tomé la colilla que era lo que originalmente me había llevado ahí y comencé a caminar. Con un poco de calma y revisando el alfabeto hebraico que tengo impreso en mi carpeta identifiqué el título del libro: "Sefer Shedim" o Libro de los Shedim, un tipo de espíritus del folklore semítico, por lo que al parecer tenía una joya de libro escrito en hebreo.
-¿Eres judío?-
No soy judío, ni hablo hebreo. Puedo leerlo con una pronunciación aproximada pero no sé siempre que es lo que estoy diciendo, sé palabras y trato de reconocer algunas otras como si utilizara etimologías por lo que traducirlo me iba a llevar una eternidad, así que mejor decidí buscar a Shua Ben Yosef, un judío converso para que me tradujera cuando menos el prólogo.
En la oficina de Shua le mostré el libro azul, se puso los lentes y leyó despacio, en voz alta:
-"Los shedim, del arameo shida o del hebreo Shed "canción" se refiere a ciertos espíritus de doble naturaleza, pueden ser benevolentes pero prepondera su principio generador de problemas. Los jajamín -sabios judíos- afirman que hay distintos tipos, pues Rabí Shlomo Ben Yitzhak explica que una pareja de cada especie de shedim fue salvada en el diluvio por Noe. El Talmud da seis características:
1.-Tienen alas
2.- Vuelan
3.-Tienen conocimiento de las realidades metafísicas
4.-Comen y beben
5.- Se reproducen y multiplican
6.-Mueren..."-

Shua detuvo la lectura, se quitó los lentes y me miró con gesto acusador preguntándome que a quien le había robado el libro o porque medios había llegado a mis manos. No quiso creer que me lo había encontrado -cómo la mayoría de la población humana que nos encanta escuchar mentiras y negamos la verdad- y cuando propuso comprármelo, me negué de forma categórica, argumentando que en realidad era de un amigo, lo que empeoró el asunto por que ahora Shua quería hablar con mi amigo y comprarle el libro. Tuve que convencerlo de que lo contactaría con mi amigo y me dejó en paz. Me devolvió el libro, compró de comer para los dos y tuve tabaco y refresco de cola, además de donde pasar la noche.
La oficina de Shua ofrecía además ventajas extras: El Zohar en 22 tomos con traducción al inglés, Jumash bilingüe (es decir el Pentateuco, La Torah, los cinco primeros libros del antiguo testamento), Siddur Shabbat, Siddur Rosh Hasana e iluminación con Menorah e inciensos para ambientar, además de la herramienta más útil de los últimos tiempos: internet. Una buena búsqueda, verificación de fuentes e investigación y ¡Voila! (Nunca pensé que las técnicas de investigación enseñadas por los profesores Toscano, Benito y Lucas en mis tres primeros 1er semestres funcionarían algún día)
Recopilé los datos que necesitaba saber respecto a los shedim (además de lo que Shua había traducido directo del libro). Y esto fue lo que encontré:
Son llamados en múltiples ocasiones "demonios" pero se diferencian de tales puesto que no son ángeles caídos, si no otra clase de espíritus. Tampoco son Dibukim -personas fallecidas- aunque muchas veces se les llama fantasmas. Según las tradiciones babilónicas las noches de miércoles son las más peligrosas pues vagan 18 mil shedim, aunque textos judíos agregan también el sábado.
Así que fuera como fuere a lo que me había enfrentado tenía que ser un tipo de “shed” fuera poseyendo al pobre tipo o siendo él mismo alguno de los múltiples shedim que existen.
Era suficiente, había que aprovechar la comodidad de esa noche y descansar. Pero no fue así.
A menos de 20 minutos de estar dormido desperté al sentir que algo se movía.
Algunos tipos -no sé 6 o 7 quizá- estaban en la oficina y me sujetaron. Solo vi que vestían atuendo tipo "ninja" en color rojo, sentí el pinchazo de una aguja, un líquido y me desvanecí con la misma pregunta en mente que te has de estar haciendo respecto a los ninjas de rojo.
¿Cómo pueden pasar desapercibidos vestidos así?
-De hecho no es la pregunta que viene a mi mente, sino más bien me parece surrealista. Unos ninjas en una historia de una orden misteriosa, espíritus, demonios y cosas paranormales-
Tiene que ver aunque no lo parezca, déjame continuar el relato y verás.
-Ok, sigue-
Desperté con los gritos y aplausos de Shua apresurándome a levantarme, para que desocupara su oficina. Le pedí un poco de dinero para transporte que terminó dándome a regañadientes.
Verás, que Shua Ben Yosef, judío converso, regale dinero no es sencillo, hay que convencerle con argumentos. Es un buen tipo, pero la vida le ha hecho creer que las cosas son de una manera, digamos más animal, donde la ley del más fuerte debe prevalecer. Es un hombre razonable pero tiende a pasar encima de los derechos de otros si con ello puede obtener una ganancia. Aún así buscó su espiritualidad y se anexó al judaísmo, estudiando y aprendiendo pues no hablaba el hebreo, ni conocía las escrituras, en ese período fue cuando lo conocí. Una amiga en común nos presentó ya qué Shua había mostrado su interés por aprender “magia” y a la única persona que ella conocía que sabía de magia era yo.
Cuando le pedí el dinero a Shua me preguntó por qué tenía que dármelo si ya me había dado de comer y donde pasar la noche a lo que contesté:
-Es tu obligación-
-¿Mi obligación?, ¡No tienes madre NEGRO!-
-Las escrituras dicen que des limosna a viudas, ancianos, enfermos y huérfanos- le dije. Por supuesto que eso no le convenció, sin embargo terminó dándomelo no sin antes recordarme que lo pusiera en contacto con el dueño del libro y que el dinero era un adelanto por mis "servicios de intermediario".
Salí de la oficina atribuyendo lo de los ninjas como el sueño más real que jamás haya tenido, hasta que al abrir mi mochila para guardar el libro encontré un disco color rojo rotulado "OR", me dirigí de inmediato a un cyber café y me puse a revisar el contenido. Era un DVD que contenía múltiples carpetas que a su vez contenían otras tantas con una variedad de nombres y números que complicaban la búsqueda, hasta que en ese mar de carpetas un nombre llamó mi atención "Sephershedim1001" abrí la carpeta y contenía algunos videos titulados solo secuencialmente del 001 al 003. Los videos contenían distintas escenas de películas varias, diálogos que si uno los seguía con secuencia podía entender el mensaje.
Era como una evolución de las cartas escritas con recortes de periódico y revistas, una obra de edición interesante.
El primero explicaba que eran una orden secreta y daba a entender que recolectaban objetos legendarios desde, cuando menos, la época de Napoleón.
El segundo contenía cortos de películas en su mayoría de terror, monstruos de leyendas, pesadillas y temores de la humanidad, demonios y demás seres, cerrando con imágenes de figuras vencedoras de monstruos:
Miguel Arcángel con el demonio-dragón a los pies, San Jorge y el dragón, Apolo matando a pitón, Hércules y la hidra, Sigfrid, de los nórdicos, haciendo lo propio con el dragón, etc.
El último traía grabado a uno de los ninjas de rojo diciendo algo en un idioma que me pareció era japonés. Eso era todo, necesitaba una traducción mas y solo había alguien que podía ayudarme: "el Gordo".
-¿El Gordo?-
El Gordo era un tipo que conocí cuando por fin llegué a cuarto semestre de preparatoria, él y otro grupo de amigos que compartíamos nuestros gustos por los cómics, juegos de rol y -muchos de ellos- por el anime, (que en general no es lo mío) Pero lo importante es que él se había metido a estudiar japonés por su afición a la cultura y había estado de vacaciones en el país donde sale el sol.
Cuando lo localicé y nos encontramos en su casa me recibió efusivamente cómo era su costumbre con un abrazo que nunca logra abarcar su redonda humanidad. Pero el gordo tiene de grasa lo que tiene de carisma e inteligencia y es socialmente adaptable. Todos han quedado sorprendidos cuando ven el efecto que causa en las mujeres.
Le explique con detalles como había llegado el disco a mis manos y que quería que me tradujera las palabras del ninja.
El Gordo escuchó el mensaje y en su muy particular estilo hizo su traducción:
-Pues que te están echando el ojo encima y que quieren que trabajes para ellos-
-¿Y quiénes son ellos?- pregunté
-¡Ah no sé! No dicen. Has de cuenta que es "ya te vimos, sabemos quien eres, no nos busques nosotros te encontramos, sayonara"- dijo el Gordo.
Tuvieron que pasar unos días pero así fue.

Era un miércoles 4 de noviembre.
Camino por las calles pensando en donde pasaré la noche. Llevo un gorro puesto y guantes sin dedos. Hace frío. El frente frío no sé que número está afectando el país, dicen las noticias. Lo que realmente no dicen las noticias es que lo que afecta al país -y al mundo- es el aletargamiento mental.
-¿A que le llamas tú “aletargamiento mental”?-
Te han vendido como es el mundo y tú se los has comprado.
Unos papeles con figuras valen más que otros.
Unos hombres y mujeres, también.
Las religiones te dicen cómo supuestamente es dios y la ciencia te dice que no existe.
Es increíble lo que la gente compra, lo que el mundo acepta como ciencia es completamente basada en los sentidos, por lo que es sensorial. Sí no pasa por el método científico no es ciencia, dicen y el método científico requiere por fuerza un fenómeno corroborado por los sentidos.
Es decir, la ciencia que se afana de racional, es sensitiva.
Por otro lado la religión tiene por objetivo la unión del ser humano con una meta final, generalmente identificada como “divinidad”. Para ello requiere de prácticas, estudios y oraciones. Algo que aparentemente es tan irracional, es en realidad algo que requiere por fuerza conciencia, es decir capacidad de razonar. Así que la religión obliga a pensar con las dificultades de carecer la comprobación de los sentidos, la fe depende de la razón, la ciencia de ser sensible.
Paradojas de este mundo...el aletargamiento mental es pues, repetir sin razonar, la enfermedad de los últimos tiempos.
-Entiendo, continúa-
Es una noche para estar alerta por naturaleza. Chilla el viento, los perros ladran, la luna, aunque ya no completamente llena, aun ilumina y ambienta la noche. Necesito un lugar que me cubra del frío o pasare una mala noche. La calle esta vacía y a lo lejos veo una figura femenina. Viene sola y no camina rápido ni voltea hacia los lados. Cuando estoy más cerca ambos nos observamos. Lleva el negro cabello suelto hasta los hombros, su piel es blanca y cubre su cuerpo con una especie de abrigo de plumas negras, parece una visión irreal, una beldad alada. Me sonríe cuando estamos a pocos metros. Nos detenemos uno frente al otro. Es demasiado atractiva. Extiende sus manos y me toma del rostro mientras acerca sus labios a los míos. Estoy embelesado, pero no he dejado de pensar. Las manos de la mujer están en mi cara y su cuerpo demasiado cerca como para no darme cuenta de que no es un abrigo lo que lleva. Cuando trato de echarme para atrás me toma del cuello con una fuerza desproporcionada a su complexión, entonces la veo como realmente es cuando extiende sus negras alas.
No puedo defenderme, sus manos me están asfixiando.
Luego un destello de luz, un horrible chillido y la creatura se desaparece. Volteo a todos lados veo a otra mujer y me pongo alerta, la observo.
Viste en color rojo, parece prostituta.
Me pregunta que cual es mi respuesta. Me cuesta unos minutos entender que quiere decir.
-¿Por qué yo?- pregunto.
-Criptomnesis- explica ella
Desde entonces estoy dentro. Ellos me dan "la misión" y yo la ejecuto. Pueden pasar días sin que sepa nada de la orden. Aparecen cuando quieren y siempre son distintas personas que nunca vuelvo a ver. Ni siquiera sé el verdadero nombre de la orden, el Gordo fue el que la bautizó como "la Orden Roja".
-¿Qué hay del poseso? ¿Qué me dices del libro ese de entidades?-
Estoy investigando la identidad del poseso, eso fue lo que me condujo a ti, no tardo en descifrarlo. En cuanto al libro de los espíritus, el Sefer Shedim quedó guardado donde en casos necesarios puedo consultarlo.
El Gordo me ayudó a no vendérselo a Shua pero quedó en " prestárselo en ocasiones", mismas que son cuando yo requiero que traduzca algunas cosas.
El libro parece ser una recopilación de hábitos, costumbres, habilidades y debilidades de diversos Shedim, lo que ayuda un poco a cazarlos.
Mientras cazo shedim y otros espíritus, demonios y pesadillas, voy aprendiendo y trato de averiguar más acerca de la misteriosa orden para la que trabajo.
Sé lo que la gente, la masa consensual, piensa cuando me ve. Sé que ideas se esconden detrás de su mirada de desprecio, temor, desdén, lástima... ¡Pobre diablo! ¡Inadaptado social! ¡Loco! ¡Un don nadie! Me río de ello y me burlo paseando por las noches de su ciudad de mentiras y engaños, porque yo conozco una verdad que ellos ignoran: los monstruos existen y solo hay dos razones por las que no se han dado cuenta de ello.
La primera es que la mayoría se ha conformado con el mundo de mentiras, consumismo y falsa practicidad. Han entrado en aletargamiento mental, la enfermedad de los últimos tiempos.
La segunda, y no la olvides, es gracias a mi.
Me identifico como NEGRO y soy el mejor en lo que hago.
Ahora debo irme, te volveré a encontrar.

Esa fue la primera entrevista que grabé de NEGRO pensando que no volvería a verlo de nuevo. Su historia no sonaba real, se escuchaba como una especie de loco con un relato increíble que había llegado de improvisto a sentarse a mi mesa en un café llamándome por mi nombre diciéndome que necesitaba que le escuchara aunque su historia me pareciera increíble. Dijo que podía hacer cualquier pregunta que desease e incluso fue él quien me pidió que lo grabara, “con mi vieja grabadora que siempre cargo”. Que supiera tanto de mi fue lo que me hizo escucharlo. Pero después de oírlo y la manera en cómo se fue no le di importancia, hasta que volvió a aparecer unas semanas después, diciéndome que sabía más del poseso, la orden y su relación conmigo, pero que necesitaba escuchar toda su historia para que le entendiera. Volví a poner la grabadora ante su insistencia y escuché lo que NEGRO llamó “La primera misión".


"Las aventuras de NEGRO y la Orden Roja, Proyecto AVATAR" Noviembre 2009
Primera misión, Capítulo I►

5 comentarios:

  1. Saludos Mi Esoterico Amigo...

    Hola! Espero que te encuentres bien; Quiero decirte que me gusto bastante esta introduccion (a la que mas bien yo llamo "Preludio")me gusta mucho la forma en que narras, tus descripciones no son cortas, mas no son tediosas..creo que son justo lo que se espera de este tipo de cronica jeje.

    Sabes, despues de leer esto (sobretodo ciertas partes) mis dudas se aclararon...me gustaria platicar contigo..creo que seria una experiencia particualr jaja..algo fuera de lo mundano. Saludos!

    -Marcus L. Pendragon

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  2. Marcus:
    Un placer que hagas favor de leerme y ser un explorador aquí en NEGROPIA.
    Muchas gracias también por tu comentario.
    Entiendo por que lo llamas "Preludio", refirientote a que es una especie de capítulo #0 al ser un preámbulo. El término preludio (sin afán más que comentarlo) es para obras musicales, pero entiendo el sentido y estoy de acuerdo contigo.
    Gracias por no aburrirte con mis descripciones, a algunas personas pueden parecerles pesadas.
    Sería un honor platicar contigo he leído tu perfil y me agrada la forma en la que escribes, tu pseudonimo es interesante, puedes agregarme al msn mi dirección arriba de la TV --->
    Saludos!

    -Negro Inmunsapá

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  3. el pasaje del tipo saliendo por la ventana es bastante "blurry". Tal vez era la intencion, tal vez no... cuenta y al mismo tiempo deja interrogantes. Por el momento esta bien =). El inicio es forzado pero una vez roto el hielo avanza con suavidad... logra lo importante, hacer que de click a la parte II. digo I.

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  4. Ricardo:
    con blurry te refieres a confuso y dudoso?
    Gracias por el comentario

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  5. A mí me ha gustado bastante... Un libro así cuando estaba en la uni me hubiera dado horas de diversión... ahora me queda poco tiempo para leer, sin embargo espero lograr llegar al final.

    ¡Excelente historia! Me encanta cómo narras, realmente me ha atrapado. Las descripiciones son geniales, los ritmos rotos con las preguntas hacen que me vuelva más conciente de lo que ocurre. Lo veo como si fuera una película, simplemente me ha fascinado ^^.

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